martes, 26 de agosto de 2008

Sin odio, sin reproches y sin llanto... Marcha contra la violencia

Por: René Mondragón

El Comité Organizador de la marcha para el día 30 de agosto a las 19:00 horas, está integrado por siete instituciones. Se trata de unir esfuerzos, de hacer oír; de expresar que somos muchos más la gente honesta que nos dedicamos a trabajar; que somos muchos más que los delincuentes que caminan impunes por las calles. Somos muchos más los que queremos que nuestros hijos caminen sin miedo por las calles; somos mucho más que dos –diría Benedetti– aquellos que al marchar desde el Auditorio Nacional hasta el Ángel de la Independencia, queremos iluminar a México.

Somos muchos más los que queremos que nuestros hijos caminen sin miedo por las calles; somos mucho más que dos –diría Benedetti– aquellos que al marchar desde el Auditorio Nacional hasta el Ángel de la Independencia, queremos iluminar a México.
Ese sentir la rabia contenida, compartida, asfixiada, a fuerza de golpeteos mediáticos en contra del gobierno federal y con total olvido de las familias que han recibido en carne propia los latigazos de la impunidad, la prepotencia y la corrupción.

Necesitamos –como dicen los organizadores– sentirnos unidos frente a las condolencias de esquela en robaplanas, que la autoridad de la ciudad está muy lejos de sentir, pero que le abre un espacio donde hay reflectores.

Unidos y acompañados, frente a un camino tortuoso de incompetencia y estupidez –no es un adjetivo, sino la síntesis de un diagnóstico– que cambia la renuncia de un Secretario por el luto de 14 familias; que hace trueque con el nombramiento de un nuevo abogado del pueblo, para enlutar a los papás de Fernando; que recluta y entrena a 400 nuevos agentes de “inteligencia”, para reponer a los policías que tienen arraigados y a los que dirigen las bandas del secuestro express, y del otro.

Sin odio, sin reproches, sin violencia ni llanto, es integrar una megapresencia que mande un mensaje claro: ¡basta ya! Basta de protagonismos y necedad para no coordinar esfuerzos, porque alguien no cree en la legitimidad del otro. Porque está por encima de la tranquilidad de las familias el protagonismo de la necedad irreductible. Por eso no se necesita gritar, señalar con el dedo o maldecir. No hay odio ni violencia

Me llaman la atención dos hechos. Primero, la facilidad integradora de esta marcha ciudadana. Ciudadanos y organizaciones intermedias del propio DF, del Edomex, de Nuevo León, Jalisco, Durango, Sinaloa y Veracruz –hasta el momento de escribir esta entrega– han respondido en forma positiva al llamado.

Segundo, ¡con qué facilidad, la gente de bien es capaz de organizarse! Había programadas dos marchas. Los coordinadores de los grupos convocantes se pusieron de acuerdo para realizar solamente una y sinergizar la acción.Así se hacen las cosas cuando México está unido por encima de facciones ideológicas del pasado, de los conceptos disolventes y los intereses gusanescos. Ahí nos veremos… ¡unidos!

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